CÓMO ENCONTRAR MI PROPIA VOZ
Escribir siempre ha sido un acto de valentía, pero más allá de las palabras que salen de tus dedos y se derraman sobre el papel, existe un reto mucho mayor: encontrar tu voz auténtica como escritor o escritora.
Porque sí, cada persona tiene su propia melodía, su propio ritmo y una forma única de fluir con las palabras. Sin embargo, vivimos en un mundo que de forma constante nos lanza modelos, estilos y referencias. Es como si nos empujaran a seguir patrones ya trazados y a caminar por caminos que otros ya han recorrido.
Y ahí es donde empieza el verdadero viaje, porque encontrar tu voz no es algo que ocurra de un día para otro, ni mucho menos algo que se logre imitando a otros, es un proceso, un camino que se va desvelando lento, capa por capa, palabra tras palabra, es una búsqueda íntima, casi sagrada, en la que vas descubriendo, no solo cómo escribir, sino cómo ser honest@ contigo mism@ a través de la escritura.
Al principio, es normal que la inseguridad haga acto de presencia. «¿Estaré escribiendo bien? ¿A la gente le gustará lo que escribo?» Y esas comparaciones te hacen ver a otros escritores, sus libros, sus publicaciones, su estilo tan cuidado y piensas: «¿Cómo podría yo hacer algo así?»
Pero lo cierto es que esa trampa de compararte con los demás solo te aleja más de tu propia voz. Porque la autenticidad no tiene que ver con ser perfect@, ni con seguir un esquema que alguien más inventó, no, la autenticidad es esa llama que solo tú puedes encender, ese giro en una frase o esa manera única de contar una historia que no necesita más aprobación que la tuya.
Es un camino que requiere valentía, porque para encontrar tu verdadera voz, tienes que dejar de lado las máscaras, las expectativas ajenas y las reglas que otros han creado. Es un acto de rebeldía amorosa, una declaración al mundo de que, aunque no seas como el resto, eso está bien. De hecho, eso es lo que te hace especial.
La escritura auténtica no teme al error, al contrario, se nutre de la imperfección, de las dudas, de esos momentos en los que crees que no estás diciendo nada relevante, pero en los que, en realidad, estás revelando lo más profundo de ti.
Cuando dejas de intentar encajar y simplemente te permites escribir desde el corazón, algo mágico ocurre. Tu voz empieza a fluir sin esfuerzo, sin censura, sin esas barreras que tú mism@ te habías puesto.
Y de pronto, te das cuenta de que no se trata de gustar a los demás, ni de cumplir con un estándar externo, se trata de ti, de tu verdad, de lo que tienes que decir y de cómo quieres decirlo. Porque nadie más puede contar la historia como tú lo haces. Nadie tiene tu experiencia, tu mirada ni tus palabras.
Piensa esto: cuando te sientas perdid@ o creas que tu escritura no es suficiente, recuerda que tu voz es única y preciosa tal como es, no necesitas adornarla, ni compararla, tan solo necesitas confiar en que, al escribir desde tu verdad, estás creando algo valioso, algo que no tiene precio ya que solo tú lo puedes ofrecer.
Y sí, tal vez no a todos les guste lo que escribes y eso no es lo que importa, lo que de verdad importa es que te guste a ti, que te haga sentir plen@ y que te haga vibrar. Porque cuando escribes desde ese lugar de autenticidad estás dejando una huella en el mundo, una huella que, aunque pequeña, tiene el poder de transformar, de tocar corazones y de conectar con otros en lo más profundo.
Y entonces, te preguntarás: ¿Cómo encuentras tu voz auténtica? Pues con el simple hecho de escribir. Escribiendo sin miedo, sin juzgarte y sin intentar ser otr@ que no eres.
Escribiendo desde el alma, porque ahí es donde reside tu verdadero poder.

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